viernes, 28 de junio de 2024

El retorno de Sartre

 Decir Sartre revisitado está muy gastado. Habra que decir que leemos a Jean Paul Sartre, visto por otros, en sus últimos diez años o en sus entrevistas (especialmente en la que cumplía 70 años), en sus trabajos sobre 'Crítica de la razón daléctica' después de acercarse a la URSS, China, Cuba y ver el Tercer Mundo.



Para un libro- que quizá no publique- pero que voy llenando de apuntes, estoy organizando algunos capítulos.
 
1- El Sartre viajero. Los lugares que fue invitado a partir de concluida la ocupación nazi en Francia. Fue como reportero- gracias a Camus, que dirigía Combat!- a Estados Unidos. Allí no solo conoció nueva gente, escribió notas para los periódicos, sino que empezaba a ser conocido, por su obra filosófica ('El ser y la nada') , novelas y ensayos
2. Sartre clínico. este fue una de las últimas observaciones, al seguir la primera parte del libro de Simone de Beauvoir 'La ceremonia del adiós'. Allí año por año, desde 1970 hasta su muerte- va contando todo lo que hacía (en la creación de periódicos, en el apoyo a los últimos grupos maoístas)- y como se iba quedando ciego. Bouvoir, fue la que siempre estuvo a su lado, en esta decadencia física, pero su cerebro seguía funcionando.
3. El Sartre 'compañero de ruta'. Abarca el período de 1952- 1956. primera parte de su acercamiento a la URSS, al Partido comunista francés, y allí se puede agregar, la pelea con Albert Camus, que vista a la distancia, estaba el núcleo de intelectuales por la 'guerra fría'.
4. Sartre y los intelectuales.  A través de las de´cadas siempre se esforzó por definir ¿qué es un intelectual?. En sus últimos años pudo definirlo mejor, a la luz ya no solo del compromiso (firmar solicitadas) sino de la lucha. Por que sus estudios de Flaubert (para 'El idiota de la familia') lo llevaba a ver qué había sucedido con esos intelectuales en el siglo XIX. Flaubert representaba la antítesis de lo que Sartre era, o significó en el siglo XX
5. Sartre reinterpretado. Con la globalización, hasta la literatura fue re -interpretada, y no como una cuestión psicoanalítica- sino como una nueva fuerza de valores. La palabra más usada es 'populismo', que está cargada de negatividad absoluta entre los nuevos intelectuales. Por eso han salido aquellos que pertenecen a fundaciones internacionales y que otrora coquetearon con el marxismo en los 60, para querer sepultar desde una nueva 'moral política' quienes eran estos intelectuales después de la Segunda Guerra Mundial, que aparecían con su filosofía, novelas, obras de teatro y que no era una moda existencialista. El existencialismo surgía después que el mundo fue arrasado en millones de muertos que dejó la guerra.

Carlos Liendro

sábado, 23 de mayo de 2020

Una entrevista a Sartre sobre su libro


Libro El idiota de la familia: Gustave Flaubertde 1821 a 1857 ...L'Idiot de la famille, tome 3 - Jean-Paul Sartre | google ebook ...JEAN PAUL SARTRE: Biografía, Frases, Aportaciones, y mucho más
¿Pero por qué haber elegido Flaubert?
Porque él es lo imaginario. Con él, estoy en los límites, en las fronteras mismas del sueño. En efecto, lo he elegido por todo un conjunto de razones. La primera es puramente circunstancial: hay muy pocos personajes de la historia o de la literatura que hayan dejado una masa tal de informaciones sobre ellos mismos. La correspondencia de Flaubert ocupa trece volúmenes de cerca de 600 páginas cada uno. Acostumbraba escribir a varias personas en el mismo día, con sólo ligeras variantes de una carta a otra –variantes a menudo muy significativas–. Hay igualmente muchos relatos y testimonios sobre él. Los hermanos Goncourt veían a menudo a Flaubert y anotaban en su diario no solamente lo que pensaban de él sino lo que él decía de sí mismo. Esto es una fuente absolutamente segura, porque los Goncourt no eran, en muchos aspectos sino imbéciles resentidos, pero aun así cuentan en su “Diario” muchos hechos interesantes. Y además, está toda la correspondencia con George Sand, las cartas de George Sand a Flaubert, las “autobiografías” que ha escrito en su juventud y otras mil cosas. Todo ello, aunque circunstancial, es de una gran importancia.
En segundo lugar Flaubert representa, para mí, el opuesto exacto de mi propia concepción de la literatura: una falta de compromiso total y la búsqueda de un ideal formal, que no es en absoluto el mío. Stendhal, por ejemplo, es un escritor que yo prefiero con mucho a Flaubert, aunque Flaubert sea, sin duda, mucho más importante para el desarrollo de la novela. Quiero decir que Stendhal es a la vez más fino y más fuerte. Con él uno puede abandonarse totalmente; su estilo es perfecto, sus héroes son simpáticos, su visión del mundo es justa y su concepción de la historia muy astuta. Nada de eso hay en Flaubert.
Sin embargo, Flaubert ocupa un lugar mucho más importante que Stendhal en la historia de la novela. Si Stendhal no hubiera existido, lo mismo hubiera sido posible pasar directamente de Laclos a Balzac. En tanto que Zola, por ejemplo, o la “nueva novela” son inconcebibles sin Flaubert. Los franceses quieren mucho a Stendhal, pero su influencia sobre la novela ha sido mínima. La influencia de Flaubert, en cambio, ha sido inmensa, y eso sólo es suficiente para justificar que uno le estudie. Para mí, habría otra cosa: Flaubert comenzó a fascinarme precisamente porque veía en él, en todos sus puntos de vista, lo opuesto de mí mismo. Me preguntaba: “¿cómo es posible un hombre así?”.
He descubierto además otra dimensión de Flaubert, que es también una de las fuentes de su talento. Tenía la costumbre, leyendo a Stendhal y otros, de estar completamente de acuerdo con los héroes, se llamaran Julien Sorel o Fabrice. Ahora, cuando leo a Flaubert, uno está sumergido en medio de personajes irritantes, con los cuales se está en desacuerdo completo. Ocurre que uno participa de sus sentimientos, y luego, bruscamente esos personajes rechazan nuestra simpatía y nos devuelven a nuestra primera hostilidad. Eso es, decididamente, lo que me ha fascinado, lo que me ha vuelto curioso. Resulta evidente que se detesta a sí mismo. Cuando habla de sus principales personajes, lo hace con una horrorosa mezcla de sadismo y masoquismo. Los tortura porque son él mismo, pero también para mostrar que los otros y el mundo lo torturan a él; él los tortura porque ellos no son él que, vicioso y sádico, gusta torturar a los otros. Entre es fuego cruzado, los infelices personajes no tienen salida.
Al mismo tiempo, Flaubert escribe desde el interior de sus personajes, y es siempre, en cierta manera, de él mismo que habla. Lo hace de un modo absolutamente único. El testimonio de Flaubert sobre sí mismo, esa confesión malhumorada y enmascarada, alimentada de ese odio de sí, de esas referencias constantes a las cosas que Flaubert comprende sin conocerlas, de esa voluntad de ser totalmente lúcido, que no le impide ser siempre áspero es una cosa excepcional, que no habíamos visto antes y que no ha vuelto a ocurrir después.
Jean-Paul Sartre
Conversación con la revista New Left Review
Diciembre de 1969

lunes, 13 de abril de 2020

SARTRE Y LA NOVELA

En una entrevista que le realizaban a Jean- Paul Sartre, le preguntaban porque había abandonado la novela (la entrevista era de 1970). Su autobiografía estaba en 'Las palabras', se seguían representando sus obras de teatro, y aparecían sus ensayos y entrevistas en 'Situations', pero ya no escribía novelas.



Leyendo 'La novela francesa después de la posguerra', Nadeau analizaba que Sartre escribió mucho sobre los novelistas norteamericanos (Dos Passos, Faulkner, Hemingway) y sobre Kafka,  Proust y Joyce. A su vez era muy crítico de la vieja guardia francesa (Mauriac, Gide). La novela norteamericana había permitido construir una nueva literatura. Uno de los secretos era el tiempo. Ese era un eje del análisis de Sartre. El tiempo en el Ulyses de Joyce, en el de Faulkner. Cómo filósofo Sartre agregaba a sus personajes la cuestión de la esencia y la existencia. primero como fenomenólogo desde Husserl y Heidegger, y luego desde el existencialismo de sus propia creación en sus personajes ( Roquentín, La naúsea). Cuando sale 'Situations I', (era una recopilación de sus artículos sobre estos escritores mencionados) escribe exaltando la obra de Albert Camus, 'El extranjero',  en su personaje Mersault.

En 1945 aparecen los dos primeros tomos de su novela: 'Los caminos de la libertad'. 'La edad de la razón' era el primero y el segundo 'El aplazamiento'. Contaban los acontecimientos antes de la guerra, hasta la firma de la paz en Munich, donde Hitler y Mussolini se meten en el bolsillo a Inglaterra y Francia. Luego vendrá la guerra y Francia será derrotada en un mes. Sartre fue llamado a filas y  estaba como metereólogo, cae detenido luego de Dunkerke. El tercer tomo de su novela aparecerá en 1949: 'La muerte en el alma'. Por lo que se sabe, él mismo no estaba conforme como habían sido escritas. A su vez ya estaba embarcado en 'Les Temps Moderns' la revista que le dará fama internacional. Viaja a EEUU, como periodista y a la vuelta escribe su obra de teatro: 'La puta respetuosa', mostrando la situación racial del país del norte.

Entre las respuestas que dio Sartre para New Left Review (número 6, 1970), contó que seguía escribiendo el 'Flaubert' (El idiota de la familia', que tendrá cuatro tomos). Lo que impacta es cuando habla de que el marxismo y el psicoanálisis son dos técnicas que no pueden pasarse por alto en ningún escritor que no quiera escribir 'inocentemente'.


lunes, 30 de diciembre de 2019

EDITORIAL PARA SARTREANOS Y NO SARTREANOS

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Cuando Simone de Beauvoir  le preguntó a Sartre sobre si había evolución en su obra, o si consideraba que sus libros los podía superar; el autor de 'El ser y la nada', le responde que no lo había pensado así. Baeuvoir insiste en que no es lo mismo 'La naúsea'(1938) que 'Las palabras' (1964). Año en que a Jean Paul Sartre le dan el Nóbel de Literatura (y que no se presenta a retirarlo). También le recuerda su compañera de años que no era lo mismo su obra filosófica: 'El ser y la nada' (1943) y 'Critica de la razón dialéctica' (1959).
Pero lo que más sorprende en esa entrevista, grabada en Roma, y que aparece en el libro 'La ceremonia del adiós', es lo que le afirma la autora de 'El segundo sexo'. Que su libro 'El idiota de la familia', debe leerse una vez que se haya leído 'Crítica de la razón dialéctica'; y que es una superación de este.
'El idiota de la familia' es otro de los libros incompletos que dejó Sartre, antes de su muerte el 15 de abril de 1980. Sucedió lo mismo con su moral, de la que escribió varios cuadernos y que iba a ser la continuación de 'Crítica de la razón dialéctica'. Finalmente ese libro salió (no está traducido al español) como 'Cuadernos por una moral' (Cahiers pour une moral).

Este blog esta dedicado a dilucidar, difundir y debatir, los libros, las ideas y la actualidad o no, del filósofo, dramaturgo, literato, periodista y político Jean Paul Sartre.

La avanzada del neoliberismo no solo se da en la economía de los pueblos sometidos, también en su cultura. Por eso al leer tantos escritores del posmodernismo y de la posverdad, es necesario volver a instalar la obra de Sartre como un espacio de pensamiento y crítica.

Carlos Liendro

El retorno de Sartre

 Decir Sartre revisitado está muy gastado. Habra que decir que leemos a Jean Paul Sartre, visto por otros, en sus últimos diez años o en sus...